domingo, 29 de mayo de 2011

EL TEXANO TÓXICO QUE ECHA A PIQUE KIOTO

EL TEXANO TÓXICO QUE ECHA A PIQUE KIOTO
Por María Guadalupe López Ramírez
Si tiene que haber un orden internacional, a demás de un orden civil, los pactos se deben respetar. En cambio uno de los primeros actos de Bush hijo fue declarar que Estados Unidos se retiraba de los acuerdos de Kioto sobre la reducción de la contaminación atmosférica y que, para él, “Kioto está muerto”…

Sobre el protocolo de Kioto solo existía una firma, estampada por Al Gore cuando era vicepresidente del gabinete Clinton. Una firma a su vez invalida en 1997 (el mismo año) en el senado de Washington. Pero ese voto negativo es de hace cuatro años, y desde entonces la alarma climática a saltado. Además, cuando un presidente estadounidense quiere de verdad algo se sabe que dispone de mil recursos para obtenerlo. Pero si es precisamente el presidente el que no quiere, entonces no hay nada que hacer.
¿Por qué Bush el joven echa a pique Kioto? Por dos motivos:
El primero es el egoísmo nacional. Su deber prioritario-de-clara-es tutelar la economía y el interés de los estadounidense. Pregunta: ¿ese interés se tutela realmente con un aislacionismo antiecologico? Está claro que no. Está claro que el clima no reconoce fronteras, está claro que el recalentamiento de la tierra nos daña a todos, incluidos los estadounidenses, el argumento de que estos deben pensar en si mismos, y basta, no solo es miserable, sino que también es miope. A menos que Bush piense construir un escudo espacial también contra los vientos y la contaminación atmosférica, el mal ajeno será también el mal de los norteamericanos. Por lo tanto su primer argumento solo le sirve a él para tomarse tiempo y perderlo. Pero ¿tenemos tiempo que perder?
Aquí interviene la línea de defensa secundaria del texano tóxico: debemos tomarnos tiempo porque no aun no hay nada seguro. La doctrina del egoísmo nacional se fia así al apoyo del experto que nunca está “seguro”, que conoce solo probabilidades y nunca certidumbre. Pero esto es esconderse detrás de un dedo. Aunque nuestros datos sean imprecisos y en muchos aspectos inciertos aun así disponemos (en otros aspectos) de “casi certezas” que es licito llamar certeza.
Por ejemplo: es cierto al anhídrido carbónico está aumentando claramente. Y también es cierto que existen gases de recalentamiento. Ahí la incertidumbre es solo esta: si el recalentamiento de la tierra no deriva también de otras causas, de causas cósmicas, pero está en realidad es una hipótesis muy incierta…
Así es que el argumento de “no estamos del todo seguros” no puede justificar de ninguna manera la pasividad ecológica de Bush y sus interés comerciales y consumista…
El presidente de Estados Unidos se considera el patrón del mundo. Quizá lo sea. Con mayor motivo el mundo no pueda perdonarle. ¡Qué vergüenza!


Giovanni Sartori y Gianni Mazzoleni, la tierra explota.
Superpoblación y desarrollo, México, Edit. Taurus, 2003.


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